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LA ARQUITECTURA DEL ENLACE
Los buscadores otorgan una gran importancia a la parte del texto que se utiliza para enlazar a una página web. Este texto es lo que se conoce como anchor text (texto ancla) y es lo que sirve a los buscadores para definir la relevancia de ese enlace con respecto a su contenido y palabras clave.
En las viejas tácticas de link building se creaban los enlaces haciendo coincidir el anchor text con la palabra clave con la que se pretendía posicionar una web. Es decir, si una web pretendía ocupar los primeros lugares de un buscador para la palabra clave ‘’compra venta de oro’’ simplemente se usaba para la construcción de los enlaces el mencionado término como anchor text.
Era de ese modo como una página podría posicionarse, con relativa facilidad, entre los primeros puestos.
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Las actualizaciones del algoritmo de Google han perfeccionado la manera en cómo este trata y valora los enlaces en las estrategias de marketing digital de cualquier empresa. Ahora, Google reclama un uso más moderado del anchor text obligandonos a diversificar las palabras clave que usamos en él, e incluso utilizando en muchas ocasiones otros conceptos:
Otro de los atributos de un enlace es la etiqueta title, cuya finalidad es indicar a usuarios y buscadores la temática del enlace.
EL GOOGLE BOMBING
El Google bombing es la demostración palpable del poder y la importancia que posee el anchor text. Esta técnica de spam consiste en inundar la web de páginas ofreciendo enlaces cuyo anchor text es siempre el mismo, con el objetivo de situar en la primera posición una determinada web.
El caso de Google bombing más famoso y reconocido ocurrió en el 2003, cuando miles de internautas se pusieron de acuerdo para que la web de la biografía del presidente George Bush apareciera en primera posición bajo el término ‘’miserable failure’’ (fracaso miserable).
LOS ENLACES PERJUDICIALES
De la misma manera que los mejores enlaces son aquellos en los que no hemos intervenido, los peores enlaces son, precisamente, aquellos en los que hemos intervenido. Esto excluye, por lógica, a enlaces en redes sociales, ya que no hay nada de ilegítimo en pedir a nuestros visitantes que compartan nuestros contenidos con sus amigos. Principalmente, y cuando hablamos de enlaces perjudiciales, hablamos de lo siguiente:
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